''... el equipo se fue muy molesto y yo sin ganas de insinuar que estaba en la banca listo para entrar...''
Era un tarde nublada en el colegio, yo miraba el reloj a cada momento esperando que alguien viniera y me dijera: ''nos vamos''. Estaba muy ansioso, esa tarde podía convertirse en la tarde que jugaría un partido oficialmente, bueno díganle 'oficialmente' a jugar un encuentro 5 contra 5, con arbitro y uniforme.
Mente y cuerpo estaban listos para entrar a la cancha, si bien sabia que iba a empezar en el banco, mi ilusión seguía del mismo tamaño y no pretendía disminuirse. Empece el calentamiento inicial con mucha fuerza y mucha convicción a la espera de unos 4 o 5 minutos en cancha... Me senté para escuchar las indicaciones antes del partido, participe de la barra y di mucho ánimo a mis compañeros y luego me senté.
Paso el primer cuarto, paso el segundo, llego el tercero. Íbamos abajo por cuatro puntos, el juego y el balón no estaban tanto con nosotros... ERA HORA DE UN REPLANTEAMIENTO. Yo desde mi sitio muy calmado tenia fe de que me dirían: ''Chato, vas a entrar''. Pero no fue así, termino el partido y lo perdimos por 6 puntos.
Decir que estaba molesto sería mentirles, simplemente me sentí decepcionado de mí mismo, es decir, pensaba que si hubiera hecho un mejor trabajo durante la semana, hubiese participado del juego. El equipo se fue muy molesto y yo sin ganas de insinuar que estaba en la banca listo para entrar. Fui a recoger mis cosas pensando que debía mejorar y diciéndome: ''Para la próxima será''. Cuando me cayo un polo del equipo en la cara, me lo saque de inmediato y vi al entrenador decirme: ''Entras mañana''. En ese momento volvio toda la alegria con la que había llegado. Sería por fin mi primer juego oficial y oficialmente ilusionado. Corrieron las horas y llegó el día...
No hay comentarios:
Publicar un comentario